Un atentado contra el patrimonio edificado
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Un atentado contra el patrimonio edificado
Ignacio Ponce de León, coordinador de la Licenciatura en Arquitectura del ITESO, señala que se siguen cometiendo errores que le quitan identidad a la ciudad. La carrera hace eco de las voces que piden que se rectifique el diseño de las estaciones de la Línea 3 en el centro histórico de Guadalajara.
Édgar Velasco
Guadalajara tiene una larga historia en lo que se refiere a desdeñar su patrimonio edificado. Cuando a mediados del siglo XX se quiso "modernizar" la ciudad, perdió gran parte de éste. Lo mismo sucedió a principios de los años ochenta, cuando la construcción de la Plaza Tapatía se llevó otra parte. La Línea 3 del Tren Ligero también puso su grano de arena: se llevó los puentes de Avenida de la Patria y el de La Normal, y ahora distintas voces se han alzado para denunciar que algunas estaciones del nuevo derrotero, específicamente las del centro histórico, son un atentado contra el patrimonio.
Ignacio Ponce de León Fonz, coordinador de la Licenciatura en Arquitectura del ITESO, no duda en afirmar que "es preocupante que en casi 70 años no ha quedado clara la lección del grave error que representa perder o afectar el patrimonio edificado de la ciudad".
Al hablar del diseño de las estaciones de la Línea 3 del Tren Ligero, el académico señala que, en términos generales, "no fue la mejor solución técnica. Esas construcciones pesadas, invasivas, lejos de contribuir a la imagen urbana parece que se les vienen encima a los edificios".
La situación empeora cuando se habla de los ingresos al tramo subterráneo en el Santuario, la Plaza de Armas y el jardín de San Francisco. "Lo que se propone como acceso a las estaciones es una irrupción al entorno del centro. Eligieron la peor de las soluciones. Son estructuras que no reconocen el peso arquitectónico e histórico, de los edificios que las rodean. ¿Cómo es posible que en el primer cuadro de la ciudad, en la Cruz de Plazas, se haya dado una solución como ésta", se pregunta Ponce de León.
Las afectaciones al centro histórico, refiere el arquitecto, se suman a otras que han ocurrido en el trazo de la Línea 3. Pone como ejemplo el puente de avenida Patria y Ávila Camacho, obra de Fernando González Gortázar, y el de La Normal, de Raúl Gómez Tremari.
"Se afectó a hitos urbanos de la ciudad que tenían valor simbólico", dice Ponce de León, y añade que lo más lamentable es la falta de memoria histórica de los ciudadanos.
"El daño se nos va a olvidar. Se van a convertir en elementos cotidianos, cuando debería preocuparnos como sociedad. No deberíamos repetir estos errores, y los estamos repitiendo", agrega.
El académico señala que desde la Licenciatura en Arquitectura del ITESO se suman a las voces que se han levantado para pedir a las autoridades que se corrija el diseño de las estaciones que se encuentran distribuidas en el ahora llamado Paseo Alcalde.
"Si ya nos tardamos como siete años en esta obra, bien vale tardarnos un poco más para darle un buen cierre que la dignifique". A pesar de que la Línea 3 del Tren Ligero está a punto de comenzar sus operaciones, todavía se puede aminorar el impacto en las estaciones del centro histórico y apostar por el diseño de ingresos "que no invadan la parte visual del entorno".
En ese sentido, el coordinador de la Licenciatura en Arquitectura señala que en la universidad han venido haciendo ejercicios académicos "en un afán de trabajar soluciones a esta situación. En la comunidad académica existe gente con experiencia para abonar a un diálogo y pensar en un proyecto que sea mejor para la zona centro, pensando en el futuro".